Al final del choque ante el Chievo, los violas honraban a su malogrado capitán Davide Astori, al que no olvidan, con el saludo militar de rigor mientras la grada entonaba el “C’é solo un capitano”. Precisamente este último y Mandzukic fueron los autores del 2-0 a la Lazio. Este fin de semana el calabrés indomable se abrazaba a su gran maestro, Carlo Ancelotti, quien lo dirigió ocho años en el Milan, y juntos levantaron ocho títulos, incluyendo dos Champions Leagues.